miércoles, 12 de mayo de 2010

Patio..


Las manos añejadas descansaban ya en la obscura falda.
Con la mirada taciturna pero, profunda vagaba en recuerdos y brillos lejanos.
Su sonrisa tierna, sin rastro de aquel dolor húmedo y delicado, se desdibujaba temerosa y nerviosa.
La mente se volcó en un profundo océano blanco dejando entrar solo los sonidos vagos que traía consigo el viento.
Un animal de caminar lento, pausado pero, seguro recostó la cara cansada en aquella falda oscura haciéndose 1 en ella.
Levanto la mano izquierda , acaricio el surco en medio de los ojos. Las articulaciones oxidadas no le permitían ya rascarlo pero, el perro se suspendía así en el aire.
Parpadeaba y en cada sello de obscuridad se debelaban las jóvenes manos que alguna vez tubo, aquellas manos que alguna vez retuvieron sus ilusiones.
Se sorprende ante la visión. Levanta la mano derecha, la apoya en el rostro la deja caer muy lentamente, y vuelve a parpadear. A cada segundo de obscuridad un tramo en las paredes de una vieja y olvidada textura juvenil.
Siguió con el resto del cuello, el torso, aquel éxtasioso sentimiento se repite.

Todo se hizo silencio.

El animal cansado se dejo caer en el suelo frío y allí el sueño le regalo le obsequio un beso de paz.
Lo admiraba con ternura, levanto la mirada, la centro en la nada. Todo volvió a ser taciturno, profundo, violento y delicado.
Un repentino calor se apodero de su pecho.
Algunas lágrimas juguetonas planeaban en sus mejillas.
Nada saco sus ojos perdidos o la timidez de su sonrisa.
El perro se pone de pie con el cuerpo señalando a la gastada pared.
Del cansado y pacifico cuerpo, de las acordeonadas extensiones de su cuerpo, finos y delicados brazos se superpusieron. Sobre la cara, una mascara sólida comenzó a formarse. Con un poco de impulso, una niña se expulso, se volvió ante el cuerpo de la mujer, apoyo las manos en sus piernas, enfrento la cara. Abrió los ojos y se admiro con la amorosa tristeza.

Acerco sus labios a los ojos , los beso.

Se alejo dando algunos pasos dubitativos, se detuvo, se agacho, abrazo a el perro muy fuertemente, volvió a pararse y para irse por fin.
La mujer volvió a despertarse mientras el viento le murmuraba al oído dulces metáforas de amor,toda una nueva inspiracion....



Cada día parte de nosotros muere para, dejar el lugar a nuevas reliquias.
En cada recuerdo se halla un abrazo de nuestras difuntas ilusiones


Pd: las cosas que se le pueden ocurrir a una al ser mulera durante un partido de independiente n_n

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